MI MAYOR REGALO


   Ya son cinco meses, semana 22, vamos por la mitad. Según el programa que descargue en mi teléfono mi bebé esta del tamaño de un pepino. Estar embarazada es la bendición más grande que he recibido. Ver mi barriga crecer cada día es increíble. Dentro de mi hay un ser hecho con amor que llenará nuestras vidas de alegría. Definitivamente ¡Lo mejor esta por venir!.

  Debo confesar que ya empezaba a desesperarme por no quedar embarazada, tiempo intentándolo y nada. Veía mi calendario, mi edad, algunas madres ya criando a sus hijos y nada que sucedía. Nunca perdí la esperanza, me imaginaba haciéndome pruebas de embarazo y deseando que su resultado fuera positivo, por cierto que nunca me había practicado una, soy de las que planifico todo y esto no debía ser la excepción, pero igual la vida me dio la sorpresa, porque cuando decidí estar tranquila sin pensar tanto en esa idea, llego ese retraso de siete días y con el la confirmación de estar embarazada.

  Recuerdo cuando le dije a mis padres lo que sospechaba, les advertí que lo tomaran con tranquilidad, que esperaran una confirmación, les trasmití lo paciente que estaba, pero sabía que algo pasaba, me sentía extraña. Paso un  par de días y en esa consulta con mi médico de cabecera, escuche de la enfermera y el doctor el congratulation, el Sí, estas embarazada!, más extraña me sentí. Es que ocurre una mezcla de sentimientos, que lo único que les puedo decir que desde ese instante todo cambió.

    Era una noticia que toda la familia esperaba con muchas ansias. Recuerdo cada diciembre escuchar decir a mi padre entre sus deseos, que quería ver correr a niños por toda la casa, quería nietos, mi madre colocaba en el arbolito algo alusivo de un bebé, pidiendo lo mismo, un nieto. Nunca faltó esa tía que dijera: para cuando los sobrinos. Sabía que ese día llegaría, y llegó. 

   Lo que si no imaginaba era estar tan lejos de los míos, quería que este embarazo  transcurriera cerca de mi gente, de mis amistades, de aquellos que deseaban verme cumplir mi sueño de ser madre, que pudiera ir cada domingo a llevarle ese nieto a sus abuelos, que mis abuelas pudieran abrazar a sus bisnieto, que sus bisabuelas paternas también compartieran con ese príncipe tan esperado,  quería que mi bebé creciera rodeado del amor que mis hermanos y yo recibimos de esta gran familia. Por cierto, de la bisabuela Adriana, quien es mi abuela paterna hay conversaciones que merecen ser reseñada en una historia, pronto les cuento.

  Esta es una de las redacciones que pensé seria fácil de escribir, pero me equivoque, he tenido que parar varias veces, respirar profundo, aguantar el llanto para que a mi bebé no le afecte, que duro ha resultado escribir estas lineas. Sin embargo, el motivo más bonito e inspirador para escribir diferente esta historia viene en camino, nuestro Izan Adrian, él  llenara de alegría cada minuto de nuestras vidas y seguramente este blog tomará otro sentido. 

  Un amigo también en situación de emigrante, me dijo un día que escribiera cosas no tan tristes, porque cada vez que leía algunos de mis artículos se le escapaban algunas lagrimas, ahora a él le digo, vienen días lleno de mucho color que espero sacar tiempo para narrarles historias con otro toque, pero siempre recordandoles de donde vengo, es imposible olvidarlo. Estoy convencida que lo mejor esta por venir, y que podré ofrecerle a mi hijo lo que él merece, tal cual como yo crecí, rodeada de todo y de todos. No faltara una muestra de amor para ti mi pequeño, porque las herramientas están allí y sabremos utilizarlas para hacerte feliz. 

Antojos sabor a mango
   Náuseas, mareos, mucho sueño, antojos, esos fueron los síntomas, pero no precisamente los míos, sino del padre de la criatura, así como lo leen. Antojado de un mango y sin poder oler algunos vegetales transcurrieron los primeros dos meses de embarazo para mi esposo. Pensé que era imposible que él pudiera experimentar eso, pero le toco, y se disfruta cada minuto desde que supo sería padre, mientras, yo feliz de estar muy bien, de sentirme tan bien al punto de dudar mi embarazo. Si no fuera por esos ultrasonidos que me hacen, donde puedo verlo completico, sano, y que mi cuerpo esta cambiando, dudaría todo. 

   Debo comentarles que el trato médico recibido en este país ha sido muy bueno, es diferente a los pasos que se siguen en Venezuela, cosa que ya me habían advertido, pero no queda de otra que adaptarse. Además para mi todo es nuevo, he conversado con mujeres que ya tienen la dicha de ser madres y al llegar aquí han quedado embarazada y confirman lo que escuchaba, que todo es distinto, por ejemplo los ultrasonidos no lo hacen en cada consulta, solo practican uno por cada trimestre.

   Más adelante tendré la oportunidad de escribir los detalles del proceso médico y la experiencia de dar a luz en este país. Por ahora sigo la recomendación de muchas personas, disfrutar esta etapa que pasa rápido, enfocarme en lo que me hace reír, aunque lleguen días tristes, además dicen que las hormonas hacen de las suyas, entonces debo luchar con ello también.

   Hasta mi próximo artículo. Feliz Navidad para todos, no dejen de pedir sus deseos, esta época es mágica  y cuando se pide con fe y amor el universo conspiran para cumplirlo. A mi me ocurrió y con el favor de Dios en abril de 2018 veré mi mayor regalo.




     


Comentarios

Entradas populares de este blog

Dejó su negocio en Venezuela y se atrevió a emprender de nuevo

Se fortaleció con su marca personal para entrar al mercado laboral canadiense