Venezuela: el país donde hasta las mascotas sufren la diáspora

   A Bobby le pasaba algo, estaba desganado, casi no comía, tenía su nariz húmeda, hasta ignoraba a Karla, no la recibía como todos los días con ladridos y saltos, ni la cola movía. Karla al notarlo así se preocupó, para ella su mascota lo es todo. Lo revisó a ver si tenía algo, pero a simple vista no le encontraba nada extraño. Lo que ella no sabía era que Bobby había escuchado una conversación en la que decía que se iría del país porque estaba cansada de la situación. Hasta comentó con su amiga vía telefónica que no sabía qué hacer con Bobby, si llevárselo o dejarlo. Manifestaba que todo estaba tan difícil que hasta los productos y alimentos para su perrito e incluso su perrarina favorita ya no la encontraba, que debía recorrer varios sitios buscándola y si la conseguía estaba a precios muy elevados. 

 Tener una mascota en Venezuela se ha convertido sin duda en todo un lujo. Las peluquerías caninas han incrementado sus precios para poder mantenerse abiertas y sus clientes hacen el esfuerzo por consentir a sus mascotas, pero no con la misma frecuencia que antes. Ni hablar de la cantidad de perros y gatos que se ven por las calles en estado de desnutrición. !Qué dolor! Para quienes amamos a los animales, y somos sensibles ante el trato que se les da, entendemos lo difícil que debe ser para una familia venezolana mantener a su mascota, sin embargo y vaya los aplausos para esas personas que por nada del mundo las abandonan, prefieren compartir lo poco que tienen con ellos y hacen grandes sacrificios por conservarlas porque son un miembro más de la familia. 

  Karla pensó mucho su salida del país, averiguó todo lo necesario para llevarse a Bobby, cada vez que pensaba en dejarlo con un ser querido la invadía la nostalgia, por lo que tomaba fuerza la idea de llevárselo. Bobby se imaginó sin su dueña y esa fue la razón de ponerse así. Es precisamente este punto el más importante de esta historia, en todo lo que hay detrás de la emigración con mascotas. 

 Separarte de tu familia es terrible y cuando toca dejar a tu mascota ni se diga, pues muchos han tenido que dejarlas para probar su suerte y luego mandarlas a buscar. Estos consentidos saben, sienten y hasta pueden morir de tristeza. Es lógico pensar en dejarlos con alguien que los cuide mientras te estabilizas en ese territorio nuevo. Hoy es común observar vídeo llamadas y skype con muchos Bobbys detrás de esa cámara viendo y escuchando a su dueña. Seguramente algunos dirán !Qué locura!, pero puedo entender perfectamente lo que muchas personas son capaces de hacer cuando prevalece ese amor perruno, gatuno y más.

 Quienes me conocen saben que me encantan los gatos, es más pude entender y profundizar ese amor gatuno con Kitty, una gata obesa que llenó mis días con su ronroneo y cariño, le ofrecí lo mejor hasta sus últimos días de vida, incluso mi madre la acepto en casa y le abrió las puertas de su corazón con mucha facilidad, es que Kitty se dejaba querer. Ella llego a mi vida precisamente por alguien que debía viajar y no tenía quien la cuidara, entonces no sólo la cuidé sino que me quede con ella para siempre. 


  No es tan fácil como muchos creen, quienes emigran con sus mascotas deben tomar en cuenta muchos factores. Al menos aquí en los Estados Unidos les dan el valor e importancia a los animales. Hay normas para la convivencia, de hecho, existen condominios que debes pagar hasta una cuota anual que puede oscilar en los 400 dólares no reembolsables para poder tenerlas, en otros cancelan 25 dólares mensuales. Si estás arrendado debes tener una autorización del dueño del inmueble para poder tener un animal, hay zonas donde sencillamente no están permitidos. En la mayoría de las calles internas de las residencias hay dispensadores de bolsas para que recojas los desechos de tu perro y no lo dejes en la grama. 

foto: Adriana Henriquez


  Cuando te toca emigrar con tu mascota puede resultar un momento de angustia, sobre todo por el papeleo adicional que debes hacer, además de seguir las instrucciones del vuelo, cada aerolínea tiene su manera de viajar, pero todo el esfuerzo que hagas valdrá la pena, porque no hay como su compañía. Te darás cuenta del valor que ellas representan para las grandes ciudades, pero eso sí, debes seguir las normas. Así que es muy aceptable emigrar con tu mascota. 

  Sé que hay más de un Bobby viajando en este momento, también más de uno nostálgico porque su familia se va y no forma parte de los planes, al menos por un tiempo. Sea cual sea tu decisión, no olvides que ellos merecen todo el esfuerzo y sacrificio, ellos te han brindado meses, años de fidelidad y amor, te conocen más de lo que te puedes imaginar. 

  A tu mascota quiérela, amala y cuídala, porque no sabes si en tu próximo destino podrás tener una.



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