Transformación con olor a manzana


El despertador suena a las 4 de la mañana, a esa hora María se despierta para iniciar la jornada del día, ella debe estar a las 5:45am en la fabrica para arrancar en su puesto a las 6:00am, es allí donde ocurre la metamorfosis. 


Al menos para soportar el frío que hay en ese lugar ella debe ponerse tres medias, luego las botas, tres monos o pantalones, cuatro sweaters, el pasamontañas, la bata y los respectivos guantes. La transformación la hace ver distinta, pero ella sigue siendo la misma, en ese lugar tan frío pero lleno de simpatía, humor, donde hay intercambio de culturas, costumbres, hábitos y por supuesto no pueden faltar los olores encontrados, entre mazanas, uvas y en otros rincones naranjas y vegetales, pero por ningún lugar se ve el tan apreciado mango, que por cierto, pasó a ser el desayuno de muchos venezolanos en medio de la crisis. 


Total que así transcurren las 8 horas de trabajo algunas veces más, entre pelar, cortar, seleccionar y envasar manzanas rojas y verdes.

Me cuenta María que lo más  complicado para ella  fue marcar la manzana, esto consiste en hacerle tres cortes circulares a la fruta, sin  tocar el corazón, sin que se separen los pedazos, para que luego pase por la máquina cortadora y salga en cuadritos, lo hizo todo un día, por tal razón aprendió. 

Definitivamente todo en esta vida es cuestión de actitud,  jamás digas ¨no puedo¨, por más difícil que parezca es cuestión de intentarlo y enfrentarlo aunque al día siguiente queden adoloridas la manos.

La responsabilidad y buen desempeño en ese lugar hizo que María pasara la prueba de un mes para así permanecer en esa compañía. Cada día se siente más a gusto con su grupo de trabajo, claro el frío sigue siendo el principal factor que la debilita, pero ella está convencida que su estadía allí es solo por algunos meses, por eso debe resistir

La hora del lunch y break es la más anhelada para comer, recibir calor e intercambiar palabras con sus compañeros de trabajo, muchos son venezolanos, otros mexicanos, colombianos y puertorriqueños, los últimos son  todo un caso, sin ofender a los boricuas, pero son escandalosos, rebeldes, hablan extraño, pero no paran de reír cuando un venezolano le indica que practique el trabalenguas R con R cigarro, R con R barril, rápido corren los carros cargados de azúcar del ferrocarril. 


Por su parte, los venezolanos aprenden a comer chili con los mexicanos, pero eso sí, sin reemplazar una arepa por la tortillas que ellos hacen y comen a diario. Por cierto, los mexicanos son las propias máquinas trabajando, no hay una actividad que hagan lento, son demasiados rápidos, hasta pareciera que no se cansan. Verdaderamente ese compartir entre diferentes nacionalidades es lo máximo, es que hasta el mexicano más presumido no para de reír con el hablar de los maracuchos, es que escucharlos preguntar el significado de muchas frases entre ellas: !!!!qué molleja!!! no tiene precio.

 Almorzar a las 9 de la mañana no ha sido fácil, María  ha tenido que adaptarse, pues al mediodía hay mucho trabajo y luego a las dos de la tarde el tiempo de break es más corto siendo poco para comer fuerte. Cada día lleva doble lunch por si le toca una larga jornada, mejor precavida, que arrepentida, además como buena venezolana  le prometió a Rogelia, la mexicana una arepa a cambio de nada, ni siquiera un chili

Aunque no se debe hablar mientras se trabaja, los venezolanos se las ingenian para conocer más al compañero de al lado, hasta buscan salir al área de banquitos que están frente al lago para tomar sol y ruegan que no llueva porque si no se arruinan los minutos gloriosos de calor. Ciertamente en ese lago y sus adyacencias hay especies animales que también disfrutan de la compañía de las personas y más le agradan si le dan comida, aunque está prohibido alimentar al cocodrilo, no es la mascota del lugar, pero es tan vivo que sale justo a la hora del lunch.





Bueno ya son las 9:00 de la noche se hace tarde y no quiero molestar más a María con tanta preguntadera, mil gracias bella, mejor descansa, mañana no tienes day off, quizás te llamo otro día para ver como siguen las cosas, capaz y tengas otro dato interesante que anexar en esta historia, que de tanto hablar y contarme la siento mía. 








Comentarios

  1. Bonita historia, el lado humano de la emigración... Intentaré leer tu blog seguido! Saludos.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Harold no había podido responderte, gracias por leerme, no te pierdas los próximos. Saludos.

      Eliminar

Publicar un comentario

Entradas populares de este blog

Dejó su negocio en Venezuela y se atrevió a emprender de nuevo

Se fortaleció con su marca personal para entrar al mercado laboral canadiense